En febrero se acometieron los despidos de la práctica totalidad de la plantilla de esta empresa con 50 años de existencia, algo menos de 20 trabajadores, y la fábrica del Polígono Amate está sin actividad, aunque la tienda que posee en El Plantinar ha seguido abierta hasta el último momento y ha seguido vendiendo trajes de flamenca para 'desestocar' todo el género.
Ya entonces, la hija del propietario que permanece actualmente en la empresa, Chele Neyra, indicó a Europa Press que los problemas de financiación se recrudecieron tras la marcha de uno de los dos socios, José Romero, para abrir otras tiendas de trajes de flamenca, algo por lo que ha sido denunciado por el otro propietario, Juan Neyra Romero, actual socio de Roney, por competencia desleal, ya que "se llevó la cartera de clientes y documentación de la empresa". Ambos socios estaban en el accionariado al 50 por ciento y están pendientes de juicio por competencia desleal.
Neyra ya dijo entonces que "lo adeudado a los acreedores no es mucha cantidad de dinero, pero no la puede sostener un solo socio".
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